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José García Valseca y la formación del imperio de Los Soles

¿Cómo se consigue un imperio mediático? En México, la respuesta pasa por el dinero, las conexiones políticas y tácticas negocios cuestionables.

De  acuerdo con el texto "El Sol del Centro y el inicio del periodismo industrial en Aguascalientes", de Alain Luévano, José García Valseca fue un empresario poblando que llegó a tener hasta 32 diarios en distintas regiones del país y la Ciudad de México. Su fortuna se calculó, hacia 1968 en 1,000.000,000.00, una cantidad superior a que jamás llegó a soñar el magnate norteamericano William Randolph Hearst.

Pero García Valseca no sólo amasó esa fortuna con la venta de periódicos, sino que recibió un fuerte apoyó de políticos y empresarios, los cuales usaron sus periódicos como vocerías pagadas. De acuerdo con el autor, estos tratos se dieron a nivel regional y federal, en vista de la enorme influencia que el empresario  tuvo durante los gobiernos desde Ávila Camacho a Echeverría. El poblano empezó con cierto éxito en mundo editorial con la publicación de aventuras Paquito,  lo que le permitió abrir Pepín, Mujercita, Manos arriba o Farsa.

"Las ganancias fueron considerables pero García Valseca se ganó la enemistad de distintos personajes, quienes lo acusaban de mal educar al pueblo", cita el texto.  Sin embargo, su gran éxito vino cuando lanzó el diario deportivo Esto (el cual se dice tuvo apoyo de Ávila Camacho).

Con el tiempo, el empresario "creó El Fronterizo de Ciudad Juárez en 1943. En 1944 compró el moribundo El Heraldo de Chihuahua y fundó El Sol de Puebla. En 1945 creó El Sol del Centro y El Sol de Toluca. En 1946 hizo lo mismo con El Sol de León, y así hasta fundar más de treinta impresos". El Heraldo de Chihuahua se convirtió en El Sol del Centro, con influencia regional en Aguascalientes y el Bajío.

Ahí, el empresario hizo arreglos con otros empresarios y políticos para publicar un diario con información del día y poca crítica política. También incurrió en censura y en venta de espacios publicitarios para "chantajear" a empresarios y políticos que habían aparecido en notas negativas en ese diario.

García Valseca es importante porque continuó con la línea de diarios comercialmente exitosos, modernos y cercanos al régimen que vieron luz durante el porfiriato con El Imparcial. Los Soles, usaron el mismo modelo: sueldos muy bajos para la mayoría de 8 mil empleados (y compra de máquinas viejas para financiar la compra de nuevas), información del día en lugar de constate crítica política, y un formato atractivo.

Pero tal vez lo más importante es que los diarios se acercaron el régimen institucional como nunca antes a través de publicidad e inserciones pagadas o francamente burdas. El negocio estaba en la publicidad, no en la cantidad de diarios vendidos. Sintetiza el autor: "al igual que Rafael Reyes Spíndola, José García Valseca no necesitó de conocimientos periodísticos notables sino 'un talento administrativo y un sentido de lucro poco frecuentes en el hombre intelectual' y relaciones bien cimentadas con el poder para consolidar su proyecto".

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