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La Teoría de los Contrastes



Después de décadas nos acostumbramos a la fealdad, a lo gris.

¿Cómo esperas entonces pasar desapercibida cuando caminas por la Ciudad?

En el mosaico de puestos, ruido, desmadre, estridencia, eres una tesela que luminece.

Los tábanos, rendidos a tu voluntad.  A tu humor más bien cetrino.

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